Inspirada en la película Julie & Julia y sin ninguna experiencia ni habilidad culinaria, cocino las recetas de Doña Petrona, con respeto y en memoria de mi abuela
No es un blog de recetas
miércoles, 15 de junio de 2011
domingo, 29 de mayo de 2011
7/300 Canelones de choclo y salsa Bechamel
Este es el cuchillo que mi cuñada, una cocinera de verdad, le regaló a mi marido para su cumpleaños. Es de porcelana, con un filo muy peligroso. Lo estrené para picar la cebolla, decía “picar fino” no me quedó muy fina, pero creo que es por esta manía de usar guantes de látex para que no me quede olor en las manos durante un mes.
Los ingredientes. Esta vez usé el harina leudante que tenía. Ninguna preparación dice “usar harina leudante”, pero no quiero que termine vencida y en el tacho de la basura.
Un camino de ida: freír la manteca.
De forma simultánea cociné el relleno y la salsa blanca “Bechamel”. La salsa se ve con muchos grumos, pero después de agregar leche y revolver sin parar, quedó bien. Eso sí, mejor usar utensilios de madera si los vas a dejar en la olla/ sartén, la recientemente comprada espátula de plástico casi se derrite.
Esto de cocinar “en simultáneo” requiere de mucho esfuerzo para una inexperta y distraída como yo. Estoy muy conforme con los resultados (no haber incendiado la casa, por ejemplo).
Mientras mi hija miraba sentada en una banqueta, yo enrollaba panqueques con el choclo. La próxima vez, voy a calentar los panqueques para que estén un poco más elásticos, así no se parten cuando los doblo. Claro que necesitaría otra sartén de teflón porque la única que tengo estaba en uso.
La salsa blanca debía ser “liviana”. No me salió. Es que no había lugar en la sartén para agregar más leche.
A mi hija le encantaron y a mi marido no. Pero ya sabemos que no sabe comer otra cosa que no sea carne, y sushi.
viernes, 27 de mayo de 2011
Un jurado poco exigente
Seguramente se puede mejorar, con un poco de oporto y dulce de leche, se convierte en una torta más húmeda y sabrosa. Tres cuartos permanecen en el freezer, no tengo decidido su destino.
Y ya que estaba descongelé los panqueques. Estaban ricos, esponjosos. Creo que fueron un éxito. Hoy voy a preparar canelones de choclo. ¿Y qué dijo mi marido cuando le conté? -Hacés cosas dulces, que no me gustan y hacés cosas de verdura cuando a mí sólo me gusta la carne, bueno, en realidad sólo me gustan las milanesas.
Creo que voy a necesitar un paladar un poquito más sofisticado para que juzgue mis preparaciones.
miércoles, 25 de mayo de 2011
5/300 Budín de avena
lunes, 23 de mayo de 2011
Pastelitos y empanaditas del 25
jueves, 19 de mayo de 2011
4/300 Torta de chocolate
Esta receta lleva 8 huevos y un pan de manteca. No apta para cardíacos. La receta, porque la torta se me quemó. No tuve nada que ver con este imprevisto, o tal vez sí. Decía "horno suave" y lo debo haber puesto tan suave que en algún momento se apagó y recién me di cuenta cuando noté que no estaba sintiendo perfume a chocolate desde el horno. Después de eso fue imposible calcular el tiempo de cocción. Una pena, otra fabulosa receta que no tiene final feliz: luego de desmoldada, rasqueteado lo carbonizado y la espera a que se temple, la torta fue envuelta en film y enviada al freezer.
Intuía que algo así podría pasarme, ahora lo sé. Cuando decidí preparar la receta igual fui y le compré a mi marido una torta de cumpleaños. Sabía que podía echarlo todo a perder y dejar al agasajado sin velita para soplar.
Sin embargo, igual estoy indignada, porque la preparación, bastante compleja para mí, fue un éxito: manteca batida a punto pomada con azúcar, la separación de 8 yemas de sus respectivas claras, el batido de éstas a punto merengue y mezclar al final de forma suave. Todo esto realizado con mi hija deambulando entre mis piernas y agarrando la minipimer. Y me traiciona el maldito horno. El veredicto final tendré que darlo una vez que descongele la torta y la pruebe, pero a juzgar por el dejo de olor a quemado, no guardo muchas expectativas positivas.
Separé los huevos y uno a uno (tal y como dice el libro) fui adicionando cada una de las yemas y batiendo. Las claras iban primero a una compotera y luego las pasé al bol, sé que si un poco de yema queda en las claras puede que tarden mucho en levantarse a punto merengue.
La mezcla ya tiene la manteca, el azúcar, los 150grs. de chocolate rallado y el harina común tamizada con el bicarbonato de sodio. Usé harina 0000, aunque no me acuerdo bien cuál es la diferencia, creo que la otra es para preparaciones más "rústicas".
Tengo el bol suspendido para que se vea que las claras no se caen, pero sacar la foto al mismo tiempo que hacerlo me complicó un poco.
La mezcla final.
La torta quemada enfriándose sobre la rejilla.
jueves, 12 de mayo de 2011
3/300
miércoles, 11 de mayo de 2011
Fracaso, jamás
lunes, 18 de abril de 2011
Estoy entrenando
jueves, 14 de abril de 2011
Tela de vaca
miércoles, 13 de abril de 2011
No me decido
2/300 Milanesas y puré duquesa
Empiezo por el final: la preparación estuvo “aceptable”.
Al puré le faltaba sal, manteca, pimienta, nuez moscada, en fin, tenía el suficiente gusto a papa.
A las milanesas se me ocurrió pasarlas por agua hirviendo apenas salidas de la sartén, así lo hacía mi abuela, son mucho más sanas y quedan sin nada de aceite, pero perdieron toda su crocantez. Además para mi marido quedaron demasiado finas: “¿para qué las comprás gruesas si después las vas a aplastar así?”. Me parece que poner sólo un diente de ajo resultó poco porque no se sentía para nada el gusto. Otro error fue no haber elegido un pan rallado diferente, usé el que estaba en casa y creo que absorbe mucho aceite, tal vez era para horno, no lo sé, el aceite terminó absolutamente inutilizable.
Veredicto: estaba comible, pero para nada parecía una preparación de una “ama de casa moderna”.
Según mi marido perdí demasiado tiempo sacándole la grasa, los nervios y aplastando la carne. Que el kg. de carne tiene que ir directamente al huevo y ya. A mí la milanesa con grasa no me gusta, así que me parece un paso muy necesario. No es Doña Petrona quien lo dice en su libro, era Doña Laura la que lo hacía.
No le saqué fotos, pero agradezco especialmente al utensilio para aplastar el ajo por evitarme haber tenido que pelarlo y padecer el olor durante días.
El libro dice “pasarlas por huevo” mucho mejor así, como lo hacía mi abuela:
El kg. de milanesas adentro del bol con los huevos. Además evitás un recipiente adicional sobre la mesada (uno para la carne, otro para el huevo, otro para el pan, otro para las milanesas).
El último error de la noche: pasarlas por agua hirviendo.
Ahora, ha elegir la próxima receta.